Fortaleza de la Mota y Atalayas
- Francisco Javier Diaz
- 3 may 2020
- 2 Min. de lectura
A lo lejos, se dislumbra el conjunto monumental de la Fortaleza de La Mota, nos acercamos a uno de los sistemas defensivos más complejos de Al-Andalus y a uno de los centros culturales y de poder más importantes tras la conquista cristiana de Al-Andalus. Adentrarse entre sus murallas, cruzar sus antiguas puertas, recorrer sus callejas… nos invitan a viajar en el tiempo y a imaginar cómo era la vida en este lugar. Luce imponente en esta ocasión protegida por una de las Atalayas, bajo la atenta mirada de la luna.

La estrategia militar en la Edad Media daba gran importancia a las torres vigía. Estas servían como posiciones avanzadas que informaban de los movimientos del enemigo y de sus posibles ataques.

En torno a Alcalá la Real se configuró un amplio dispositivo de atalayas cristianas y musulmanas, como llave del sistema fronterizo en la Baja Edad Media, poniendo en contacto castillos y ciudades como Alcaudete, Moclín y la propia Alhambra.
Las atalayas de la zona se diferencian en cuanto a tamaño, altura y fábrica constructiva. De forma tradicional se ha diferenciado entre atalayas cristianas y musulmanas, pero en origen, todas se construyen en momentos de apogeo de la presencia islámica, siendo utilizadas como elementos de comunicación entre las plazas y castillos que salpicaban el territorio.
Las torres del término de Alcalá la Real presentan en su mayoría una forma cilíndrica, con una altura aproximada de 11 m. y un diámetro de 5m. Tienen en su interior una habitación elevada, cubierta con una bóveda. Además de la puerta de acceso al interior, se localiza la chimenea para las ahumadas y una escalera interior para subir a la terraza, donde se hacían los fuegos o almenaras.

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